Al calor del Rastro

Buenas tardes a todos, un domingo más.

Como muchos recordaréis, son ya muchas las veces que he insistído en que el Rastro de Coín está a prueba de cualquier imprevisto temporal. No me cansaré jamás de decirlo. Ya sea de viento, lluvia o frío. Por esa misma razón, recomiendo a aquellos que aún no lo conozcan que se den una vuelta por este sorprendente espacio, especialmente estos días que el frío invernal apenas deja espacio al ocio y que nos obliga-para resignación de muchos- a cobijarnos en el calor del hogar. De hecho, hoy el Rastro ha vuelto tras las Navidades más activo y vivo que nunca. Por sus calles bullía mucha más gente de lo usual.

Aunque parezca mentira, el gélido frío de la calle no llega hasta sus parcelas. Os recuerdo que ya en el anterior post os hablé de un puesto de chimeneas y estufas de leña, a cuyo cálido fuego nadie diría que estamos en pleno invierno. Se trata de la empresa GierSolar, cuyos calefactores producen calor a partir de huesos de aceituna y pellet (ramones extraídos de los olivos durante la recogida de la aceituna). Estos aparatos no sólo permiten disfrutar de la belleza del fuego y de su acogedor calor, sino también hacerlo con la tranquilidad de que su uso no perjudica al medioambiente. En esta ocasión, mi descripción no se queda sólo en palabras y os transporto hasta ellos con imágenes.


Quienes mientras nos leen, tienen la suerte de cobijarse al calor de una chimenea en su propia casa, también encontrarán en el Rastro un nuevo incentivo, además de grandes comodidades, ya que allí mismo se ofrecen servicios de venta de leña a domicilio. ¿Quién lo diría?, ¿verdad? A los interesados en este servicio os dejo el número: 666 537 921.


Y ya lo que faltaba para que el paseo por el Rastro fuera aún más gratificante de lo que suele ser. Por si el calor de las estufas no era lo suficientemente atractivo, para colmo, también los vendedores disfrutan del reconfortante sabor de una taza de café. Un entrañable gesto y una estupenda iniciativa que nace de chicas jovenes que se dedica a servir dicho brebaje a los vendedores que se lo solicitan para que no tengan que abandonar sus concurridos puestos de venta. Ya son famosas, son las Coffee Girls, vestidas con camisetas de color rosa, como podéis ver en las fotos. Los clientes para disfrutar de semejante placer disponen de diferentes restaurantes y cafeterías en el mismo centro comercial. Tan sólo les separa una planta. Así es el Rastro de Coín.



Antes de despedirme quería compartir con vosotros algunas de mis últimas adquisiciones. Desde inmensas cánicas, que me han teletransportado a aquellos años de infancia junto a mi hermano, hasta un relajante jardín zen no han podido escapar esta vez a mi afán consumista. Lo cierto es que esta mañana de compras en el Rastro ha sido de lo más productiva. Mi madre ha comprado un elegante abrigo de piel sintética y por una cantidad irresistible. Tampoco mi vecino se ha venido con las manos vacías y sigue ampliando su ya de por sí extensa colección de vinilos.

Podría contaros un millón de cosas más, porque el Rastro de Coín es inagotable. De hecho, adelanto a aquellos jóvenes que estén pensando en amueblar su casa o renovar su mobiliario que no compren nada hasta visitar el Rastro de Coín. Ya os contaré el próximo domingo. Mientras tanto, espero como siempre vuestros comentarios.